sábado, 9 de abril de 2011

CÓMO SOLUCIONAR LOS PROBLEMAS DEL APARATO REPRODUCTOR MASCULINO

Al igual que la mujer, el hombre también tiene que someterse a chequeos de forma periódica. Una buena prevención disminuye el riesgo de sufrir problemas de próstata y disfunciones sexuales, entre otras dolencias.
El urólogo no sólo trata problemas urinarios, sino que también se encarga de velar por la salud del aparato reproductor masculino. Aunque no se tenga ningún problema de salud, a partir de los 45-50 años, es aconsejable realizarse una revisión anual y descartar así posibles patologías.

¿QUÉ ES LA PRÓSTATA?
Es una glándula que está situada debajo de la vejiga urinaria y que recubre la parte inicial de la uretra. Su misión es producir parte del líquido seminal, el fluido que nutre y protege el esperma.

PROBLEMAS DE LA PRÓSTATA
HIPERPLASIA BENIGNA (PRÓSTATA AGRANDADA)
A medida que los hombres van envejeciendo, la glándula prostática va aumentando de tamaño. En algunos casos, este crecimiento puede obstruir la uretra, produciendo problemas para orinar. Es un trastorno que afecta a uno de cada cuatro hombres mayores de 50 años, a la mitad de los mayores de 60 y al 80% de los octogenarios. Se le llama benigna para diferenciarla del cáncer de próstata.
Síntomas
Su inicio es gradual. Las señales más frecuentes son la necesidad de levantarse por la noche para orinar, aumento de la frecuencia urinaria durante el día, dificultad para comenzar a orinar y “goteo” al acabar de hacerlo. También es habitual una reducción en la cantidad y la fuerza del chorro de la orina.
Tratamiento
Si los síntomas no son muy acusados, no es necesario actuar, basta con someterse a revisiones periódicas. En el caso de que las molestias se agraven, se puede optar en primera instancia por un tratamiento farmacológico con medicamentos como los alfabloqueantes o los inhibidores de la 5-alfa-reductasa. El método más eficaz a largo plazo, sin embargo, es eliminar el tejido prostático crecido mediante cirugía. La técnica más utilizada es la endoscopia.

CÁNCER DE PRÓSTATA
Se trata de una dolencia muy frecuente (se calcula que uno de cada seis hombres la padecerá en algún momento de su vida) que, si se detecta de forma precoz, tiene muy buen pronóstico. Se produce cuando algunas de las células de la próstata mutan y se multiplican. En algunos casos, se puede extender a otros órganos.
Síntomas
En la mayoría de ocasiones, no presenta señales y, en el caso de que aparezcan, son prácticamente los mismos que los que produce la hiperplasia benigna. Por esta razón, es muy importante que todos los hombres mayores de 50 años (o de 45 si existe predisposición familiar) se sometan cada año a la prueba del antígeno prostático específico (PSA, por sus siglas en inglés). Se trata de un análisis de sangre en el que se analizan los niveles de esta sustancia. Si son elevados, se puede realizar la extracción de una muestra del tejido prostático para determinar la presencia de cáncer.
Tratamiento
Hay varios, por lo que el especialista recomendará uno u otro en función de la edad del paciente, su estado de salud y lo avanzada que esté la enfermedad.
Cirugía. Puede hacerse por laparoscopia y se realiza preferentemente en hombres menores de 70 años.
Radioterapia. Consiste en eliminar las células cancerígenas mediante radiación. Es el tratamiento de primera elección en hombres de 70 y 80 años. Se realiza de forma externa o bien interna (braquiterapia), introduciendo en la próstata unas semillas radioactivas que destruyen las células desde dentro.
Otros. También puede recurrirse al bloqueo hormonal (tratamiento que disminuye los niveles de hormonas masculinas y detiene la progresión del cáncer), a la quimioterapia o la crioterapia (congelación de las células mediante una sonda de metal).

DISFUNCIÓN ERÉCTIL
Se trata de la imposibilidad de alcanzar una erección lo suficientemente firme y duradera como para permitir la penetración. Para que se considere como tal debe presentarse por lo menos en un 25% de las ocasiones.
Causas
Problemas vasculares. Dolencias como la diabetes, la hipertensión arterial, niveles altos de colesterol perjudicial, las enfermedades cardíacas, etc., pueden afectar a los vasos sanguíneos, dificultando el flujo sanguíneo hacia el pene.
Determinados fármacos. Como algunos que se utilizan para tratar la hipertensión y la depresión.
Problemas psicológicos. Como la depresión nerviosa o el estrés.
Malos hábitos. Como el tabaquismo, el alcohol, las drogas…
Tratamiento
Dependerá de las causas que la provoquen pero, por regla general, estas son las medidas más aconsejadas:
Fármacos: Aumentan el flujo sanguíneo del pene. Los más utilizados son sildenafil (Viagra), vardenafilo (Levitra) y tadalafilo (Cialis). Sólo son eficaces si existe excitación previa.
Dispositivos de aspiración (vacío). Se coloca el pene en un cilindro plástico que crea un vacío, haciendo que la sangre fluya hacia el pene.
Terapia. Si el trastorno es de origen emocional, es conveniente recibir consejo psicológico o sexológico.

ANDROPAUSIA
A partir de los 45 años de edad, los hombres experimentan un descenso de las hormonas masculinas (testosterona), circunstancia que suele equiparse a la menopausia femenina.
Síntomas
En el caso de los hombres, sin embargo, no hay una señal clara que lo indique (como sucede en las mujeres con el cese de la menstruación), además, los cambios son tan graduales que pueden confundirse con el proceso de envejecimiento. A pesar de ello, hay una serie de síntomas que nos puede hacer sospechar su presencia, como alteraciones en el estado de ánimo, sensación de fatiga, descenso del deseo sexual, menor agilidad física, aumento de grasa corporal en la zona central, mayor riesgo cardiovascular, etc.
Tratamiento
Cuando estas molestias son muy acusadas y perjudican negativamente la calidad de vida del hombre, el especialista puede estimar conveniente realizar un tratamiento hormonal sustitutivo a base de testosterona. Se administra a través de parches, inyecciones y geles.

BUENOS HÁBITOS...LA MEJOR PREVENCIÓN.
El estilo de vida también influye en la salud del aparato reproductor masculino. Estos son los aspectos más importantes:
Dieta
Los alimentos ricos en vitamina E (pipas de calabaza, verduras de hoja, germen de trigo…), por su efecto antiinflamatorio, protegen la próstata. Para evitar el colesterol (una de las causas de la impotencia) es necesario evitar las grasas saturadas (carnes rojas, embutidos, bollería industrial…).
Ejercicio
Reduce el colesterol “malo” y aumenta el “bueno”, por lo que el flujo sanguíneo es más fluido e irriga mejor el pene en el caso de sufrir problemas de erección.
A evitar
El tabaco y el consumo excesivo de alcohol aumentan el riesgo de problemas en esta zona. 

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