lunes, 25 de abril de 2011

La artrosis se trata de un proceso degenerativo para el cual no hay cura, pero que puede frenarse con el tratamiento adecuado.
La clave está en hacer ejercicio para mantener la musculatura fuerte y las articulaciones flexibles y evitar el sobrepeso.
A medida que va pasando el tiempo, el cartílago (la membrana que se encuentra en la unión entre los huesos) se desgasta, por lo que los huesos entrechocan entre sí, produciéndose más desgaste y dolor.
Suele iniciarse a partir de los 40 - 45 años, aunque también pueden aparecer antes, como consecuencia de un traumatismo o por predisposición genética. En las mujeres, el desgaste puede experimentar un importante aumento alrededor de los 50 años, como consecuencia del desequilibrio hormonal que aparece en la menopausia. La artrosis en las mujeres más común es la de manos y rodillas.
No sólo la edad influye en su aparición. Hay una serie de factores que pueden adelantar sus síntomas. El sobrepeso es uno de ellos ya que, cuanta más carga deban soportar los huesos, más pronto se desgastarán. Determinadas actividades o prácticas deportivas realizadas de forma incorrecta o que obligan a realizar un uso excesivo de determinadas articulaciones, como el fútbol, el baloncesto, el tenis, etc. también pueden provocar desgaste.

SUS SÍNTOMAS
En su inicio, la artrosis no produce síntomas. Tan sólo una radiografía puede mostrar el desgaste del cartílago.
El dolor aparece cuando la dolencia ya está avanzada. Este síntoma aumenta con el esfuerzo y durante determinados movimientos alcanza una intensidad máxima al final del día, mientras que cede con el reposo y desaparece durante la noche por lo que no perturba el sueño. Suele hacerse crónico y se acompaña de crujidos e inflamación de las articulaciones, rigidez y problemas de movilidad.

CÓMO PREVENIR SU APARICIÓN
Podemos hacer retrasar su evolución y procurar que los síntomas no sean tan molestos.
Evitar el sobrepeso: Los Kilos de más hacen que el desgaste se produzca antes y de forma más acusada. Mantener una dieta equilibrada baja en calorías permite conseguir un peso más saludable y no sobrecargar tanto nuestro esqueleto.
Hacer ejercicio moderado: Puede ayudar a fortalecer los músculos, evita en lo posible que todo el esfuerzo recaiga sobre los huesos. También ayuda a mantener el peso corporal, si no se está habituado a realizar deporte, basta con caminar una media hora al día.
Evitar daños en las articulaciones: Determinados traumatismos, malas posturas, enfermedades en las articulaciones, etc, pueden desencadenar de forma prematura un proceso de desgaste.
No abusar de los alimentos proteicos: Una dieta muy rica en alimentos proteicos, como todas las carnes, pescados, huevos, quesos, legumbres, etc. pueden agravar los síntomas de la artrosis al aumentar el nivel de acidez del organismo y acentuar el dolor. En cambio, las frutas y algunas verduras (apio, berro, perejil, rabanitos, tomates, lechuga, col, zanahorias, etc.) tienen un efecto depurativo ideal para aliviar los síntomas de la enfermedad.

TRATAMIENTOS
Ejercicios de rehabilitación: Se trata de ejercicios que, dirigidos por un especialista, pueden ayudar a potenciar la musculatura de las articulaciones y a mantener la flexibilidad y movilidad.
Fármacos analgésicos y antinflamatorios: Sólo cuando hay dolor. Cuando el dolor es muy acusado, se puede recurrir a las infiltraciones de córticoesteroides.
Fármacos condroprotectores: Son medicamentos que además de tener acción analgésica y antiinflamatoria, protegen el cartílago articular, frenando la evolución de la dolencia.
Cirugía: Cuando las articulaciones están gravemente dañadas, puede que resulte necesario recurrir a la cirugía reemplazadota (prótesis articulares). De esta forma se suprime el dolor y se restaura la función.
Medicina Natural: la medicina natural resulta eficaz y sirve para evitar el recurso precoz de los antinflamatorios o para disminuir las dosis cuando no queda otro remedio que utilizarlos. Es una alternativa más que interesante, puesto que se sabe que el consumo de estos fármacos durante periodos muy prolongados de tiempo agrava el deterioro cartilaginoso, además de dañar el aparato digestivo.

NUTRIENTES PARA RECONSTRUIR EL CARTÍLAGO
Algunas carencias favorecen el desarrollo de la artrosis, pero se puede combatir el desgaste del cartílago articular o favorecer su reconstrucción mediante el aporte de oligoelementos y minerales:
Pulpa de Aloe Vera (Ref: 015): El aloe incluye en su fórmula al menos tres interesantes ácidos grasos, o esteroides vegetales, agrupados bajo el nombre de esteroles: campesterol, sitosterol-B y colesterol HDL que ayudan a reducir los efectos sintomáticos. Incluye además 12 vitaminas entre ellas la vitamina C y E necesarias para sintetizar un nuevo colágeno de buena calidad, y también la vitamina B6 y D, a menudo insuficientes en casos de artrosis. También incluye 20 minerales entre ellos el manganeso, que favorece la síntesis del tejido conjuntivo y está considerado como el tratamiento estrella para las artrosis de la edad madura.
Absorbent-C (Ref: 048): Es un poderoso antioxidante, siendo imprescindible para el mantenimiento de un buen tejido conectivo y articulaciones en forma.
Forever Active HA (Ref: 264): Con propiedades hidratantes y lubricantes para la hidratación de las articulaciones.
Aloe MSM Gel (Ref: 205): Efecto antiinflamatorio y analgésico y además asiste en la reparación de los cartílagos.

UNOS SENCILLOS CONSEJOS
Estos sencillos consejos, específicos para cada zona, te ayudarán a mejorar tu calidad de vida.
Artrosis de rodillas: Evita realizar caminatas muy largas, así como subir y bajar escaleras con frecuencia. Para calmar el dolor y estabilizar la articulación, puede ser útil usar rodilleras. Para más información puedes consultar la siguiente entrada: Rodilla: hoy no me puedo levantar.
Artrosis de cadera: A la hora de sentarte, elige un asiento alto de manera que la cadera no tenga que realizar un esfuerzo excesivo al sentarte o levantarte. Si el dolor se manifiesta al caminar, puede ser útil acompañarse por un bastón o por una muleta.
Artrosis cervical: Evita quedarte dormido/a en un sillón o en una silla. En la cama, usa una almohada cervical y colócala entre el cuello y el hombro, si duermes de lado, o entre la nuca y la parte alta de la espalda si duermes boca arriba. Nunca duermas boca abajo.
Artrosis en las manos: Para calmar el dolor, ponte unos guantes de lana para dormir por la noche.


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