miércoles, 9 de mayo de 2012


POR QUÉ ALGUNOS RESFRIADOS NO SE CURAN

La duración normal de un resfriado común es aproximadamente entre una y dos semanas. Cuando se prolonga durante más tiempo, es posible que se trate de otro tipo de trastorno.
Tos, mucosidad, estornudos, malestar...se trata de síntomas muy habituales y que no dan lugar a dudas. Se calcula que un adulto sufre entre dos y cuatro resfriados al año y los niños, entre cinco y nueve, según la edad. Son procesos que duran dos semanas como mucho y que, por regla general, se curan espontáneamente y sin dejar secuelas. En algunos casos, estos procesos se alargan más de lo habitual, afectando negativamente nuestra calidad de vida.

¿Y SI SE TRATA DE UN PROBLEMA ALÉRGICO?
Alergias y resfriados tienen síntomas muy similares (estornudos, dolor de cabeza, dolor de garganta, goteo nasal...), por lo que resulta muy fácil confundirlos.
Síntomas
Una de las pistas principales es su duración, ya que los síntomas alérgicos suelen tener una duración variable, desde unas horas a varias semanas o meses, dependiendo del tiempo en el que se está en contacto con el alérgeno (la sustancia que provoca la alergia). Otra diferencia es que los síntomas de la alergia aparecen de forma súbita, mientras que los del resfriado se presentan progresivamente.
Qué hacer
Ante la sospecha, es conveniente acudir a un médico alergólogo, para realizar las pruebas pertinentes, confirmar el diagnóstico y establecer un tratamiento personalizado.
  • La primera medida a tomar es evitar, siempre que sea posible, el contacto con el alérgeno (polen, ácaros del polvo, epitelio de los animales, etc.).
  • En cuanto a los fármacos, puede ser útil administrar un espray nasal a base de cortisona con acción antiinflamatoria para controlar la rinitis y, si es necesario, un antihistamínico por vía oral.
INFECCIONES VÍRICAS O BACTERIANAS
Otra de las razones por las que un resfriado se puede alargar más de lo habitual es que se complique por la intervención de un agente que no sea el virus del resfriado sino otro microorganismo. En este caso, el proceso no remitirá de forma espontánea sino que requerirá un tratamiento específico.
SINUSITIS
Se trata de la inflamación de la mucosa que recubre los senos paranasales (las cavidades de unos huesos situados alrededor de la nariz, bajo los ojos) debido a una infección provocada generalmente por virus, bacterias u hongos o bien por una rinitis alérgica.
Síntomas
Se produce una secreción nasal muy espesa con un tono amarillento o verdoso, debido a la presencia de microorganismos. También suele sufrirse un dolor de cabeza localizado en la frente y en las mejillas muy intenso y persistente y, en ocasines, fiebre.
Qué hacer
La primera opción es la administración de antibióticos para atajar la infección. Durante el tiempo que dura el tratamiento, se pueden administrar fármacos para mejorar los síntomas y combatir la obstrucción, como descongestivos orales y corticosteroides tópicos. Si el origen es una rinitis alérgica, será conveniente administrar antihistamínicos. En el caso de que la sinusitis no responda al tratamiento o se vuelve crónica, puede estar indicada la cirugía.
BRONQUITIS
Se trata de la inflamación del recubrimiento de los bronquios, el tejido que conecta la tráquea con los pulmones. Los agentes causantes suelen ser virus o bacterias. Es habitual que la infección tenga lugar después de un resfriado mal curado.
Síntomas
El más frecuente es la tos persistente con flema (mucosidad espesa de color blanco, amarillo o verdoso). Otros síntomas muy representativos de esta dolencia son la dificultad al respirar, la sensación de opresión en el pecho y las sibilancias (pitidos al respirar).
Qué hacer
La mayoría de bronquitis son víricas, por lo que, en primera instancia, no suelen administrarse antibióticos ya que estos fármacos tan sólo combaten las bacterias, no los virus. En su lugar, suelen prescribirse fármacos bronco-dilatadores para ayudar a relajar y abrir los bronquios y reducir la mucosidad.
REAGUDIZACIÓN DE LA ENFERMEDAD PULMONAR OBSTRUCTIVA CRÓNICA (EPOC)
Se trata de una dolencia en la que se suelen aunar dos trastornos distintos: la bronquitis crónica y el enfisema. Si no se detecta y trata a tiempo, puede provocar la destrucción progresiva de los pulmones. En la gran mayoría de los casos, el principal agente causante de la enfermedad es el tabaco.
Síntomas
En un primer estadio, son muy similares a los de la bronquitis: tos con o sin flema, sensación de fatiga, dificultad respiratoria y sibilancias. A medida que va avanzando, estas molestias se hacen cada vez más graves e incapacitantes.
Qué hacer
Aunque no tiene cura, con un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado se pueden mejorar los síntomas y frenar su evolución. Además de dejar de fumar, se suelen tomar fármacos como broncodilatadores y esteroides inhalados para reducir la inflamación de los pulmones.

CUANDO LAS DEFENSAS ESTÁN BAJAS
En ocasiones, lo que a nosotros nos puede parecer un resfriado más largo de lo normal es, en realidad, una sucesión de varios procesos catarrales que se acumulan unos tras otros. Cuando esto ocurre, es posible que nuestro sistema inmunológico no funcione como debería.
Qué hacer
Es imprescindible revisar nuestra dieta, aumentando el consumo de alimentos ricos en vitaminas minerales (frutas, verduras, cereales...) y reduciendo el de grasas saturadas (carne, embutido, bollería, lácteos enteros...). También es importante practicar ejercicio con regularidad (mejor si es al aire libre) y rebajar el nivel de estrés de nuestra vida.
PROTEGER A LOS NIÑOS
El sistema inmunitario de los niños todavía no está del todo desarrollado, lo que les hace más vulnerables a las infecciones. Por esta razón, es conveniente extremar las precauciones.
Lactancia materna
Los niños amamantados tienen más defensas que aquellos que toman biberón. Prolongar el máximo tiempo la lactancia les hace más fuertes.
Líquidos
Durante los meses de invierno, haz que tome una mayor cantidad de agua, zumos caseros, caldos ligeros, etc. Una buena hidratación evita que las mucosas se resequen y favorece la fluidificación de las secreciones.
Vitamina C
Procura que tome, una vez al día como mínimo, un alimento rico en vitamina C (naranja, kiwi, mandarina, tomate...).

CÓMO PREVENIR LAS INFECCIONES RESPIRATORIAS
Para disfrutar de un invierno sin resfriados y sus complicaciones, vale la pena seguir estos consejos:
Abrígate
Los cambios bruscos de temperatura, como los que tienen lugar a primera hora del día y durante la noche, y las corrientes de aire debilitan nuestras defensas.
Una buena higiene
Si hay personas resfriadas a nuestro alrededor, es conveniente lavarse las manos varias veces al día, ya que son uno de los principales vehículos de contagio, y no compartir utensilios como toallas, vasos...
Evita las multitudes
En los lugares donde se concentra gran cantidad de personas (transpotes públicos, grandes superficies, etc.) es más fácil que se produzca el contagio.
Aléjate del tabaco
Tanto las personas que fuman como las que aspiran el humo ajeno son más susceptibles a sufrir infecciones en las vías respiratorias.


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