jueves, 22 de noviembre de 2012

CÓMO BAJAR LA TENSIÓN ARTERIAL


CÓMO BAJAR LA TENSIÓN ARTERIAL

Para equilibrar los valores arteriales superiores a 140-90 mm/Hg, hay que conceder especial atención a nuestro estilo de vida.
La hipertensión es una dolencia relativamente nueva. No fue hasta la llegada del sedentarismo, el sobrepeso y el estrés cuando se convirtió realmente en un problema. De hecho, un gran número de personas con valores arteriales altos vuelven a la normalidad con medidas tan sencillas como modificar la dieta y hacer algo de ejercicio, lo que demuestra la relación que tiene esta dolencia con nuestro estilo de vida.

La hipertensión es el aumento de la presión de la sangre sobre la pared de las arterias, a las que lesiona de forma gradual. Si esta situación se mantiene durante demasiado tiempo, puede afectar a distintos órganos.
Sistema circulatorio y corazón
Al aumentar la presión de la sangre, las paredes de las arterias se engrosan, estrechándose su calibre y, en ocasiones cerrándose por completo. Este taponamiento provoca trastornos cardiovasculares como insuficiencia cardíaca, angina de pecho o infarto.
Cerebro
La hipertensión deteriora las arterias del cerebro, aumentando el riesgo de sufrir ictus y demencia precoz.
Riñones
El aumento de la presión daña los vasos sanguíneos de estos órganos, produciendo insuficiencia renal.
Vista
También afecta a los vasos de la retina produciéndose lesiones como la retinopatía hipertensiva, una dolencia que provoca visión borrosa e, incluso, ceguera.

CUIDA TU ALIMENTACIÓN
Es la primera medida que debemos adoptar cuando nuestros valores arteriales son altos. Además de una dieta específica, es importante seguir estos consejos.
CERCO A LA SAL
Es la recomendación básica para combatir la hipertensión. La sal hace que el organismo retenga más líquidos, aumentando la presión en las arterias. Es conveniente, por lo tanto, reducir su consumo a la mitad como mínimo.
Alimentos prohibidos
El 75% de sal que tomamos se encuentra en alimentos de consumo muy habitual, como el pan, embutido, quesos curados, salazones, conservas, precocinados, salsas, etc. Es aconsejable, por lo tanto, analizar las etiquetas para comprobar el contenido de sal/sodio de los productos.
Sustituye la sal
Acostúmbrate a aderezar tus platos con condimentos más saludables como las hierbas aromáticas, las especias, el zumo de limón, el yogur, el ajo...
ALIMENTOS NO RECOMENDADOS
Grasas saturadas y "trans"
Este tipo de grasas elevan el nivel de colesterol perjudicial en la sangre, obstruyendo las arterias y aumentando, todavía más, el riesgo cardiovascular. Es necesario, por lo tanto, reducir drásticamente el consumo de lácteos enteros, carnes rojas, embutidos, precocinados y bollería industrial.
Tabaco y alcohol
Fumar agrava considerablemente el estado de salud del hipertenso. Se calcula que, abandonando este hábito, se reduce en un 50% el riesgo cardiovascular. Lo mismo podemos decir del alcohol. Si se limita su consumo a un máximo de una copa al día, la tensión se reduce entre 2 y 4 mmHg.
LA DIETA "DASH"
Sus siglas traducidas al castellano corresponden a Plan de Alimentación Saludable contra la Hipertensión y se trata de una serie de recomendaciones dietéticas establecidas por Instituto Norteamericano del Corazón para combatir esta dolencia. Éstos son sus puntos básicos.
Verduras: de 4 a 5 raciones diarias
Una ración equivale a una taza de verdura cruda de hoja verde (lechuga, escarola...) o media de verdura cocida (judía verde, acelgas...)
Fruta: de 4 a 5 raciones diarias
Una ración equivale a un vaso pequeño de zumo de frutas o una pieza de fruta mediana.
Cereales: de 7 a 8 raciones diarias
Una ración equivale a una rebanada de pan o media taza de cereales de desayuno o media taza de arroz o pasta cocidos.
Lácteos desnatados: de 2 a 3 raciones diarias
Una ración equivale a un vaso de leche, 50 g. de queso o un yogur natural.
Carne magra y pescado: menos de 2 raciones diarias
Una ración equivale a 100 g. de carne magra, pollo o pescado.
Legumbres y frutos secos: Media ración al día
Una ración equivale a 50 g de frutos secos o media taza de legumbres cocidas.
Grasas: 2 o 3 raciones diarias
Una ración equivale a una cucharada de café de aceite de oliva, mayonesa "light" o margarina "light".

OTRAS MEDIDAS
Además de la alimentación, es importante que consideres estos factores.
Ejercicio moderado y regular
Practicar deporte de forma periódica hace que se ensanchen los vasos sanguíneos, regulando la frecuencia cardíaca. Además, ayuda a prevenir el sobrepeso, otro factor de riesgo importante cuando se sufre hipertensión. A la hora de decantarte por una actividad o por otra, debes tener en cuenta tu edad y tu preparción física. Es conveniente, además, solicitar consejo médico antes de empezar, sobre todo si tienes edad avanzada o sufres un trastorno cardiovascular. El ejercicio debe, sin embargo, practicarse siempre de forma moderada (no hay que olvidar que los grandes esfuerzos físicos pueden aumentar la tensión). Deportes como la natación, la gimnasia o, simplemente, caminar a diario 30 minutos al día resultan muy adecuados. Lo más importante es que se realicen de forma regular, es decir, un mínimo de tres días por semana.
Controla el estrés
Tomarse la vida con tranquilidad ayuda a reducir el ritmo cardíaco y mejorar la actividad respiratoria. Si tu ritmo de vida es muy acelerado, puede que te resulte conveniente practicar yoga, taichi, ejercicios de relajación, etc. También es conveniente reducir el nivel de exigencia y organizarse mejor la vida, dando prioridad a las tareas más importantes. De esta manera se llega a todo sin agobiarse.
Duerme bien
Dormir menos de siete horas al día aumenta en un 80% el riesgo de sufrir hipertensión, ya que, durante el sueño, el organismo libera unas hormonas que bajan la presión.

TRATAMIENTO ADECUADO SEGÚN TUS VALORES
Aunque la última palabra siempre la tiene el médico, dependiendo de los valores obtenidos, se establecerá un tratamiento u otro.
Tensión Normal-Alta (entre 12.0 - 13.9 de "alta" y entre 8.0 y 8.9 de "baja").
Sin factores de riesgo. Dieta y ejercicio durante seis meses y comprobar los resultados.
Con factores de riesgo (diabetes, colesterol, obesidad, trastornos cardiovasculares...). Dieta, ejercicio y medicación desde el primer momento.
Hipertensión moderada (entre 14.0 y 15.9 de "alta" y entre 9.0 y 9.9 de "baja").
Sin factores de riesgo. Cambio en el estilo de vida (dieta, ejercicio, etc.) y comprobar los resultados a los seis meses. Si no hay cambios, medicación.
Con factores de riesgo. Dieta estricta, practicar deporte de forma habitual y medicación antihipertensiva.
Hipertensión alta (igual o mayor de 16.0 de "alta" y 10.0 de "baja").
Es imprescindible realizar un cambio drástico en el estilo de vida, además de seguir una medicación combinada con dos fármacos distintos.


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